Llueve sobre mojado
en mis ya tapados poros
ácida lluvia de anónimas lágrimas,
calan en mi tejado
como largos y amargos lloros
¿llorarán por mí las ánimas?.
Miro por la ventana
y mis débiles ojos se hieren
por la tímida luz del sol en el ocaso
mientras el arco iris se apaga
la últimas luces mueren
y llegan las sombras del fracaso.
Sólo, en mi pequeño universo
caido de un pequeño campo
donde cultivo mi existencia,
a veces recolecto un verso
que después acabo otra vez sembrando
para multiplicar tan bella vivencia,
pero cuando llega la cosecha
es escaso el fruto a veces
y añoro tiempos mejores,
y sueño que mi tierra agradecida echa
con mis cuidados fruto con creces
que sanan mis dolores.
Juan Manuel Santiago Chica
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